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Diferencias entre aceite de oliva y oliva virgen extra

El aceite de oliva es uno de los productos más valorados en la cocina mediterránea, conocido por sus múltiples beneficios para la salud y su sabor único. En el mercado, encontramos principalmente dos tipos: aceite de oliva virgen extra y aceite de oliva virgen . Aunque ambos provienen de la misma fruta, presentan diferencias clave que pueden influir en su uso y en sus propiedades. En este artículo, detallaremos las principales diferencias entre el aceite de oliva virgen extra y el aceite de oliva virgen.

¿Qué es el aceite de oliva virgen extra?

El aceite de oliva virgen extra es la categoría de más calidad del aceite de oliva. Este aceite  se obtiene a partir de aceitunas mediante un proceso mecánico de extracción. Se distingue por tener un nivel de acidez muy bajo, generalmente inferior al 0.8%. Además de este requisito físico-químico  el aceite de oliva virgen extra debe cumplir con estándares organolepticos  estrictos en cuanto a sabor y aroma, lo que lo hace ideal para quienes buscan la máxima calidad en sus preparaciones culinarias. Es por tanto un zumo perfecto. Si estás interesado en encontrar una selección de estos aceites, puedes explorar nuestra Tienda de aceite de oliva virgen extra para descubrir las mejores opciones disponibles.

¿Qué es el aceite de oliva virgen?

El aceite de oliva virgen es un aceite de oliva obtenido también de  las aceitunas mediante un proceso mecánico de extracción. A diferencia del Virgen Extra, no es zumo perfecto ya que puede tener algún pequeño defecto bien en aroma o bien sabor.  Tiene una acidez que puede variar, pero suele ser más alta que la del aceite de oliva virgen extra.

Diferencias clave entre el aceite de oliva virgen y el aceite de oliva virgen extra

Existen varias diferencias importantes entre estos dos tipos de aceite de oliva. A continuación, analizamos las características que los distinguen.

Nivel de acidez

El nivel de acidez es uno de los factores más importantes para clasificar el aceite de oliva. El aceite de oliva virgen extra tiene un nivel de acidez inferior al 0.8%, lo que indica que es de mayor calidad. En cambio, el aceite de oliva virgen puede tener una acidez más alta, entre el 0.8% y el 2%.

Sabor y aroma

El sabor y aroma son aspectos esenciales en el aceite de oliva. El aceite de oliva virgen extra destaca por su sabor más intenso, afrutado y amarago y  picante. Además, tiene un aroma fresco y natural que proviene de la aceituna. Por su parte, el aceite de oliva virgen puede tener un sabor menos pronunciado y, en algunos casos, puede presentar algún pequeño defecto en aroma o sabor.

Estándares de calidad

Los estándares de calidad para el aceite de oliva virgen extra son más estrictos que los del aceite de oliva virgen. Para ser etiquetado como virgen extra, el aceite debe ser sometido a pruebas organolépticas y de laboratorio que certifiquen su acidez baja, su sabor limpio y su falta de defectos, cumpliendo así las directrices de la Unión Europea en aceite de oliva virgen extra. El aceite de oliva virgen no pasa por estos mismos controles tan rigurosos.

Usos del aceite 

El aceite de oliva virgen extra es ideal para aderezos, ensaladas y platos en los que su sabor y aroma puedan destacarse. También se utiliza en la cocina gourmet, donde su calidad es fundamental. En cambio, el aceite de oliva virgen es más adecuado para cocinar a temperaturas medias o altas, como en frituras o salsas, ya que su sabor no es tan intenso y su calidad es ligeramente inferior.

¿Cómo elegir el aceite de oliva adecuado?

Elegir el aceite de oliva adecuado es fundamental para sacar el máximo provecho a tus preparaciones culinarias. Si buscas aceite de oliva virgen extra en gárrafa de 5 litros, esta presentación es ideal para quienes desean disponer de un producto de alta calidad en grandes cantidades. El aceite de oliva virgen extra es perfecto para realzar el sabor de tus platos y aderezos gracias a su sabor afrutado y su baja acidez, convirtiéndolo en un ingrediente esencial para la cocina gourmet. Además, su resistencia al calor lo hace apto para freír y cocinar a altas temperaturas, manteniendo sus propiedades y sabor intactos. Así, no solo es ideal para dar un toque especial a platos sofisticados, sino que también ofrece un rendimiento superior para el uso diario en la cocina, asegurando una opción saludable y deliciosa en todo momento.

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